El pasado 3 de enero este portal se hizo eco de
una denuncia sobre la modalidad que "vendedores"
contratados por Direc TV llevan a cabo en distintas localidades
del país, que consiste en instalar una antena que comparten 3 o 4
hogares, los que a su vez poseen individualmente un decodificador
adosado a su propio televisor para seleccionar las señales que se
les plazca, lo que constituye competencia desleal, clandestinidad
y evasión tributaria. (ver nota completa)
Por cierto, esta modalidad fue denunciada por
pocos medios de prensa desde el año 2001, cuando se conocieron
los primeros casos.
Hasta el día de hoy se mantiene el silencio de
radio entre los distintos protagonistas. La empresa Galaxy
Entertaiment Argentina S.A., licenciataria de la marca Direc TV,
no ha sancionado con contundencia el "pícaro"
comportamiento de algunos de sus "vendedores", como
tampoco ha instaurado mecanismo alguno para desactivar a los
"clientes" colectivos. Así es que, Alejandro Zunda
Cornell, Gerente de Programación y Marketing, aseguró que la
empresa "oficialmente no apaña ni contribuye la instalación
de antenas colectivas", pues no sólo "es una práctica
ilegal" sino perjudicial económicamente.
Por su parte, en un escrito presentado al
COMFER, Galaxy Entertaiment Argentina reconoció que se han
"verificado anomalías en determinadas zonas y de manera
aislada", pero que a su criterio "no existiría
competencia desleal, pues se trataría de una actividad enmarcada
dentro de los términos de la licencia para operar el servicio de
televisión directa al hogar".
Respecto a esto último, el portal bloggers
media, uno de los pocos medios que denunció este accionar, se
preguntó en su edición del 26 de octubre al 1º de noviembre de
2004 si "¿Es ilegal o no?. Y si no lo es, ¿Por qué no
ofrecer oficialmente el servicio, que es mucho mas barato que el
Cable?".
Mas allá de las ambigüedades de los
responsables de Direc TV en el país, lo cierto es que esta
modalidad constituye una ilegalidad en los términos de la Ley de
Radiodifusión. En consecuencia es desleal según el artículo 1º
de la Ley 25.156 de Defensa de la Competencia.
La incompetencia de Defensa de la
Competencia
El 9 de enero de 2002 la Comisión Nacional de
Defensa de la Competencia (CNDC) recibió la denuncia presentada
por Sistema Satelital, operadora de un servicio de televisión por
cable en Libertador San Martín, Entre Ríos, como real
perjudicada de la instalación de "antenas colectivas"
de Direc TV entre sus vecinos, lo que le ha provocado una
considerable fuga de clientes.
El 5 de julio de ese año la Comisión resuelve
ordenar el archivo de las actuaciones "hasta tanto se expida
el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER)". Según los
funcionarios de la CNDC "para que tal conducta configure una
violación a la Ley 25.156, el artículo 1º, segundo párrafo
exige que la infracción en cuestión haya sido declarada por acto
administrativo o sentencia firme", ya que las autoridades
tomaron en cuenta la existencia del trámite administrativo
presentado al COMFER por Sistema Satelital en septiembre de 2001.
Cabría preguntarse cual hubiere sido la
respuesta de la CNDC si en el escrito interpuesto por esta última
empresa no se hubiese hecho mención alguna de la denuncia
realizada por ante el organismo regulador de la radiodifusión.
La pelota en campo del COMFER
La CNDC no fue el único organismo nacional que
se lavó las manos en este asunto. Ante una presentación de
Sistema Satelital, la Defensoría del Pueblo de la Nación le
comunicó el 21 de marzo de 2002 que había dispuesto concluir el
trámite en razón de que el COMFER "ha manifestado que ha
dado curso al reclamo interpuesto por esa empresa, el que se
encuentra tramitando por Expediente Nº 1107-COMFER/01 donde se
están evaluando los descargos producidos con vistas a iniciar los
sumarios de rigor".
En efecto, en el mencionado expediente consta
la denuncia efectuada por Sistema Satelital cuya carátula es:
"Asociación Cordobesa de Radiodifusión por Cable (ACORCA)
denuncia Servicio de TV Directa al Hogar. Distribución
domiciliaria".
Demás está decir que los cableoperadores
cordobeses también fueron y son víctimas de la conducta ilegal
de los "vendedores" de Direc TV y los
"clientes" que aceptan esta modalidad.
Pero lo cierto es que a mas de tres años de
iniciadas las actuaciones, hasta el día de hoy el expediente se
encuentra administrativamente "muerto", a pesar de los
insistentes pedidos de Pronto Despacho.
Desde que se presentaron las denuncias ya
transcurrieron tres gobiernos nacionales, ninguno de los cuales ha
tomado el asunto en serio y aplicado las sanciones
correspondientes.
La Justicia tampoco ha hecho nada al respecto.
A pesar de las solicitadas y notas aparecidas en los pocos medios
que se hicieron eco del tema, ningún funcionario de dicho Poder
ha iniciado una actuación de oficio a los fines de determinar la
existencia de delito alguno o no.
Aunque desde la actual administración central
se insiste en dar por finalizado el modelo instaurado a partir de
la década de 1990, lo que sucede con el Caso Direc TV muestra a
las claras que todavía persisten algunos paradigmas del Estado
Neoliberal: el mas mínimo entremetimiento en los asuntos de los
particulares y especialmente sobre el comportamiento de los
holdings multimediáticos.