LA JUSTICIA SUECA PROHiBE INTERRUMPIR CON ANUNCIOS LAS PELiCULAS EN
Tv
16-MAY/2006
Las Cadenas necesitarán la autorización expresa del director del filme y de la productora para intercalar "spots" durante la emisión de la producción.
El «Hovrätten», o Tribunal Supremo, ha condenado a la cadena sueca TV-4 por haber violado los derechos de autor, la propiedad intelectual, calidad y concepto artístico de las películas de los directores de cine Vilgot Sjöman y Claes Erikssson cuando interrumpió la emisión de sus películas «Alfred» (polémica biografía sobre el creador del prestigioso premio Nobel) y «El tiburón que sabía demasiado» con fines publicitarios.
Esa sentencia, que se ha calificado de «histórica», por ser la primera en su género, servirá de precedente para que las televisiones no puedan intercalar anuncios en los largometrajes que ofrezcan si no han recibido anteriormente el beneplácito de la empresa productora y director de los mismos.
TV-4 tendrá que pagar 1.116.720 coronas (alrededor de 113.000 euros) en concepto de costas de un largo y sonado proceso que ha durado cuatro años. Todavía no se sabe el alcance de la indemnización que dictará el juez, aunque ambos directores cinematográficos ya avisaron que cederían dicho dinero a diversas obras de caridad, debido a que su objetivo era evitar que se perdieran los valores artísticos en una sociedad en la que reina sin escrúpulos el dinero.
Victoria póstuma
Un gran grupo de amantes del buen cine se había reunido en la Sala número II del Supremo, por lo que la sentencia fue recibida con gritos de júbilo, aplausos y lágrimas. Se da la coincidencia de que Vilgot Sjöman, que tanta energía y esfuerzos dedicó para llevar esta cuestión ante los tribunales y para que se reconociera el derecho de los espectadores a contemplar una producción sin un «anticlímax», o interrupciones molestas en el relato, murió hace sólo tres días y no ha podido ver su triunfo.
Claes Eriksson, con lágrimas en los ojos, aseguró que su buen amigo Vilgot sin duda estaría celebrando lo ocurrido en el cielo «o donde esté», ya que no se esperaban ganar el juicio. Para Eriksson, esta sentencia supone un ejemplo para las televisiones de toda Europa que se aprovechan del buen nombre y fama de los creadores o de la atracción que ejerce algún título para conseguir los codiciados ingresos comerciales: «¿Quién puede seguir sintiendo el hechizo de presenciar una buena película o de una historia dramática en televisión si tiene que soportar varios minutos viendo unos absurdos y malísimos anuncios?».
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La costumbre extendida de las televisiones privadas suecas de emitir publicidad siempre y cuando les parece oportuno no viola en sí la Ley de Televisión y Radio proclamada en el año 2002. Sin embargo, este fallo del Tribunal Supremo obligará a los responsables de la programación de esos medios a solicitar el permiso de los creadores, productores y directores de los largometrajes si quieren interrumpir sus producciones en lo sucesivo. Un permiso por otra parte que les será denegado ya que la Asociación del Cine, nada más conocer la sentencia, redactó un escrito en el que ruega a todos aquellos que cedan sus derechos de autor a los diferentes canales que no olviden la cláusula de «se emitirá sin interrupciones».
Los responsables de TV-4, que vuelven a declararse «asombrados» por la sentencia, como ya lo hicieron en los juicios de primera instancia, opinaron que al margen del lado económico, la cuestión es fácil: se trata de evitar emitir solamente las películas de aquellos que han escrito bajo la mencionada cláusula que permite hacer pausas en sus películas.
Fuente:
Diario ABC
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