Los medios de Szpolski están a nombre de parientes y empleados
30-ABR/2012
Su ex chofer figura como presidente del periódico Miradas al Sur.
El Gobierno le dio el año pasado $ 125 millones en publicidad oficial al Grupo Veintitrés, el mayor multimedio kirchnerista. Pero ese grupo es un conjunto de doce sociedades anónimas manejadas en muchos casos por personas ajenas al universo empresario.
Por ejemplo, el presidente de Miradas al Sur es Ricardo Pace, el ex chofer de Sergio Szpolski (hasta hace siete meses). Pace era el chofer de Szpolski y cobraba $ 4.500 en febrero de 2010, pese a que figuraba en los papeles como creador y presidente de Perio Mundo (Miradas al Sur), director suplente de Balkbrug (El Argentino) y presidente de Soluciones Logísticas (CN23) -al que renunció para que asumiera Szpolski, en su único cargo visible legalmente en todas las empresas del Grupo-. L a secretaria de Szpolski, Patricia Prinos, es la directora en varias sociedades, al igual que el sobrino de esta secretaria, Facundo Romano, quien aparece en los documentos como presidente de Tiempo Argentino.
La hermana de Szpolski preside Milke; y un ex gerente de Tower Records, Roberto Flores, es el dueño de Radio América, 7 Días (Manfla) e Infofin (Diagonales) .
También hay dos jubilados, de más de 80 años, que figuran como directivos en varias de sus empresas, como Perio Mundo, Soluciones Logísticas y Manfla.
El así llamado Grupo Veintitrés está conformado actualmente por 12 sociedades anónimas, que no tienen conexión entre s í -en los papeles-. Sus nombres: Soluciones Logísticas (CN23), Perio Mundo (Miradas al Sur), Balkbrug (El Argentino), Comunidad Virtual (Tiempo Argentino), Desup (Radio América), Manucorp (Revistas Veintitrés y Contraeditorial), Milke (Revistas Newsweek, Forbes, Lonely Planet y Gallery), Manfla (7 Días, Veredas del Tigre y La Gaceta del Cielo), Infofin (Diagonales), Windwest (Infonews), Ultrakem y la imprenta Poligráfica del Plata.
Sus dueños legales son empleados que cobraban hace dos años entre $ 4.500 y $ 12.100, según un informe interno sobre sueldos al que accedió Clarín .
Los tributaristas consultados infieren que eso les permitiría a los verdaderos dueños, Szpolski y Matías Garfunkel, evadir aportes previsionales, o no enfrentar responsabilidad ante la justicia si alguna de esas empresas quiebra. Eso ocurre en juicios que ex empleados entablaron contra Szpolski, quien negó ante la Justicia ser el dueño de esas empresas .
“El ruso”, como solía decirle Néstor Kirchner -a quien Szpolski llamaba “Kishner” en varios mails que enviaba a sus directivos-, se presenta como “vicepresidente de Grupo Veintitrés”. Pero en febrero de 2010 cobraba $ 23.410 mensuales como empleado de Milke.
Garfunkel no figura en ninguna sociedad, pese a que el año pasado difundió que compró la mitad del grupo en US$ 12,5 millones.
Su ingreso se dio, en los hechos, entre noviembre de 2011 y marzo de 2012, cuando se modificaron los estatutos de casi todas las empresas para incluir un régimen de transferencia de acciones, se ampliaron los directorios y en todas ingresaron Alberto Pedro Morini y Julio Alberto Montenegro, que son sus personas en el Grupo.
A la vez, Szpolski creó en 2007 una empresa con los Rodríguez Saá en San Luis, llamada Gráfica Ararat, donde Szpolski figuraba como vicepresidente. Y habría una empresa off-shore en Uruguay, llamada Ratney Corp, aunque se ignora cual sería su función operativa en el grupo.
El caso de Radio América es singular, porque además de estar manejada por Flores, Morini, Montenegro y la secretaria de Szpolski, hasta el momento no consta en AFSCA el ingreso de los dos nuevos directores que representan a Garfunkel, ni hay tampoco constancia visible de la transferencia de acciones sin la previa aprobación de AFSCA, según exige la ley de medios audiovisuales, que no se está cumpliendo en esta caso ni tampoco en el de Hadad-Cristóbal Lopez.
Según las evidencias, ni el Gobierno ni AFSCA le exigen al grupo Szpolski-Garfunkel que declare quiénes son sus dueños reales, que presente sus balances y que realice los aportes previsionales de sus empleados.
Fuente:
Clarín
|