luis
pardo, presidente de air: "el orgullo herido de chavez"
27-ENE/2010
Texto
firmado por Luis Pardo Sáinz, presidente de la Asociación
Internacional de Radiodifusión (AIR), publicada en el periódico
El Mercurio de Chile.
Señor Director:
Cuando Chávez cerró arbitrariamente Radio Caracas Televisión,
estaba enviando un mensaje inequívoco a todos los medios
venezolanos: no hay ley ni derechos constitucionales que valgan
para aquellos que no se subordinen al discurso oficial.
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Ese
aciago 27 de mayo del año 2007, por las ondas que hasta entonces
llevaban a millones de venezolanos la programación de Radio
Caracas TV (RCTV) comenzó a transmitirse una señal oficialista,
anunciada con bombos y platillos, pero que para vergüenza de su
principal promotor e impulsor nunca alcanzó ni el 2% de
audiencia.
Por su parte, Radio Caracas TV, privada de su derecho a seguir
transmitiendo por televisión abierta, inició transmisiones por
el cable como canal internacional, generando un aumento
exponencial de las conexiones domiciliarias en el país y
logrando un rápido reposicionamiento en los primeros lugares de
la audiencia venezolana.
Toda la verborrea, los mitos y las consignas bolivarianas se
estrellaron contra la inconmovible realidad: los venezolanos
despreciaban el canal oficialista y hasta en las poblaciones más
humildes se las ingeniaban para compartir las conexiones de
cable y seguir viendo su canal preferido.
Por eso era previsible que el orgullo "revolucionario" herido
buscara la forma de matar, por segunda vez y en forma
simultánea, un canal de expresión incómodo para su proyecto
totalitario y la porfiada capacidad de los ciudadanos de elegir
por sí mismos.
Así crearon una nueva clasificación de las señales
internacionales y locales, al margen de la ley vigente,
imponiendo nuevas cargas a los canales de cable nacionales, como
la transmisión de las odiosas cadenas obligatorias a que
diariamente son sometidos los medios y los ciudadanos
venezolanos.
De nada le sirvió a RCTV haber adecuado inmediatamente su
programación, para seguir siendo considerado un canal
internacional: sin que mediara proceso judicial alguno, se
ordenó el retiro de su señal de todas las operadoras de cable
venezolanas, por no transmitir una cadena presidencial. La nueva
normativa tenía nombre y apellido evidente.
Este nuevo atentado contra la libertad de expresión se verifica
en momentos en que se mantiene en vilo a centenares de
radioemisoras amenazadas de no renovar sus concesiones por
supuestas irregularidades administrativas, luego de haber
cerrado a una treintena de ellas a modo de escarmiento y en
medio de la feroz persecución en contra del canal independiente
Globovisión y sus ejecutivos, coincidente con la persecución
judicial de los principales líderes de la oposición.
Esperemos que este nuevo manotazo a la libertad de expresión,
con sus ilegalidades e inconstitucionalidades implícitas, logre
conmover a los líderes y gobiernos democráticos de la región.
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