"La nueva Ley de Medios limita el
desarrollo del Cable en pos de beneficiar a los monopolios de
telecomunicaciones"
12-ABR/2010
La ciudad de
Rosario fue escenario del V Encuentro de Banda Ancha y
Cablemódem, que tuvo como tema central del debate a la flamante
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26.522. Tras dos
jornadas de intercambio de opiniones entre representantes de
diversos sectores, se publicó la declaración final del encuentro
en el que se critica fuertemente el contenido de la norma.
El texto completo de la Declaración final es el siguiente.
Declaración de Rosario
LAS REDES DIGITALES DE TELEVISIÓN POR CABLE Y LA NUEVA LEY
La industria del Cable en la Argentina muestra el proceso de
desarrollo más dinámico de América Latina. Nuestro país presenta
los niveles de penetración más elevados de la región y precios
en el rango inferior de los países de America Latina. Esta
situación expresa una intensa dinámica competitiva del sector
que compite en sus diversos productos con otras plataformas como
el satélite en televisión paga y la red de telecomunicaciones en
Internet. En estos momentos la industria puede ser desarticulada
por la nueva Ley de Medios, que limita el desarrollo del Cable
en pos de beneficiar a los monopolios de telecomunicaciones.
El Cable y sus redes digitales son un activo estratégico que el
país ha consolidado merced a la iniciativa privada, sin
subsidios ni protecciones de ningún tipo, con un nivel de
desarrollo comparable al del primer mundo, con operadores
privados de capital nacional y con potencial para competir en el
mercado de la banda ancha.
El Cable no usa espectro
La nueva Ley establece para el Cable un estricto régimen de
licencias, cuando las transmisiones son por vínculo físico y no
usan un bien limitado como el espectro radioeléctrico.
La ausencia de una regulación excesiva para la industria de la
TV por Cable en el país, es una de las principales razones de su
explosivo desarrollo en los últimos 20 años. Pero, mientras la
tendencia en el mundo va hacia una mayor flexibilización de las
autorizaciones para los servicios que no usan espectro
radioeléctrico, la Ley argentina crea una regulación rígida, que
desalienta la instalación de redes alternativas de
telecomunicaciones, y fragmenta y reduce el área de servicios de
las empresas.
Esta normativa consagra una discriminación negativa en pos de
las empresas telefónicas, que heredaron la red pública dominante
y gozan de una licencia indefinida en el tiempo, mientras que a
sus potenciales competidores, a los que se debería promover, se
le pone un límite de 10 años.
Alentar las inversiones millonarias necesarias para una red
digital alternativa, precisa de racionalidad, previsibilidad y
seguridad jurídica que no vendrá de una autoridad administrativa
con poder discrecional para poner en juego una red física que
involucra sofisticados activos y tecnologías.
Una regulación apropiada para licencias que no ocupan espectro
radioeléctrico, consistiría en un sistema de permisos renovables
indefinidamente, siempre que la empresa cumpla con sus
obligaciones.
La amenaza de las cooperativas de servicios públicos
La nueva Ley habilita el ingreso a la TV por Cable de
cooperativas, que explotan servicios públicos de telefonía o
distribución de electricidad en condiciones monopólicas en sus
regiones de operación. Esto desplazará de los pueblos del
interior a las PYMES de TV por Cable.
Desde su monopolio, las cooperativas podrían practicar conductas
predatorias y anticompetitivas: (i) "subsidios cruzados" entre
la actividad monopólica que desarrollan y la TV por Cable, para
desplazar al competidor de este último mercado; (ii) "precios
predatorios", que afecten la estabilidad del servicio del Cable
PYME; (iii) "prácticas atadas", imponiendo el servicio en
competencia a sus clientes cautivos; (iv) negar a sus
competidores "facilidades esenciales" (acceso a los postes;
interconexión) para el desarrollo del Cable e Internet.
Como todas las cooperativas, estos monopolios locales de
servicios públicos además tienen privilegios impositivos y
normalmente reciben créditos blandos; ventajas que no tiene una
empresa PYME. Los operadores de Cable se han desarrollado en
intensa competencia y desean marcos regulatorios racionales y
equilibrados. Las cooperativas telefónicas disponen de
privilegios impositivos y de protección de mercado por décadas,
impidiendo la competencia en los sectores eléctrico y de
telecomunicaciones, excluyendo la competencia potencial de la
industria del Cable.
La regulación pública no atiende a estos injustificados
desequilibrios y atenta así contra el bienestar de los
consumidores.
Las PYMES del Cable, para desarrollarse en beneficio de los
ciudadanos y los sectores de la creación de contenidos,
necesitan que se respete el acuerdo alcanzado con la sanción de
la Ley 26.053 del año 2005, que permite otorgar licencias a
entidades sin fines de lucro y rechaza el ingreso de las que
prestan servicios públicos donde haya un operador de Cable. En
su defecto, debemos participar desde hoy del diseño de una Ley
adaptada a la industria de medios genuinamente competitiva y
dinámica, sin prejuicios, y pensando en el futuro. Esta
legislación de medios es inadaptada para el desarrollo de la
industria.
Límites al desarrollo de la red de Cable
La nueva Ley argentina incorpora límites al desarrollo de la red
digital alternativa, en vez de propender a una plena
digitalización de la población con opciones competitivas. Esta
legislación genera una discriminación en detrimento de la
plataforma de servicios por Cable, competidor natural y
eficiente de las redes de telecomunicaciones en los servicios de
banda ancha y telefonía.
Establece un límite de 24 licencias, restricción inexistente en
los países que cuentan con una dinámica industria de medios. No
hay razón tecnológica, económica o de diversidad que justifique
este límite. Mientras, las empresas de telefonía fija, celular
(en este caso, sí usan espectro), o de TV satelital pueden
llegar a todo el territorio nacional, sin la restricción del
Cable a 24 localidades.
Igualmente, no es lógico limitar la expansión del Cable al 35%
de abonados, que conspira contra la eficiencia del sector, no
sólo en la oferta de TV por Cable sino también en el
indispensable desarrollo de Internet. Se daña así de forma
definitiva la competencia existente en la provisión de acceso a
banda ancha. En poco tiempo, las consecuencias las pagarán los
ciudadanos en precios, diversidad y calidad. No es así como
nuestro país reducirá la brecha digital entre sectores sociales
con acceso y sin acceso, ni tampoco la brecha digital con los
países con regulación inteligente. Los argentinos debemos
combatir el analfabetismo digital y no impulsarlo.
Una nueva regulación
Se debería diseñar, de cara al futuro, un régimen de transición
que asegure una competencia equilibrada y racional entre varias
plataformas tecnológicas y que no destruya un activo de
desarrollo social: las redes TV de Cable. El objetivo de largo
plazo debería ser que la "convergencia" conlleve beneficios para
la competencia y los consumidores, y no depredación en el corto
y mediano plazo.
La ley se encuentra suspendida judicialmente en su aplicación
tal como se esperaba luego del apuro notorio de su tratamiento
en el cual no hubo espacio para la reflexión y la defensa de
ideas. Esperamos que, una vez reestablecido lo que es justo con
el accionar del poder judicial, esto coopere y ayude para
promover en el Congreso el tratamiento de una legislación
consensuada. Debemos desarrollar una legislación que respete los
puntos de vista de todos los actores -basada en el conocimiento
de los especialistas de la regulación y de la industria- y que
refleje con racionalidad el interés público.
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