GIUDICE VS MARIOTTO

La diputada Giudice no se horroriza porque estemos bajo un marco regulatorio firmado por Videla y Martínez de Hoz. 

No se horroriza ni despotrica porque hace 25 años aquellos que estamos en situación de ilegalidad pero legítimamente fortaleciendo la democracia, queremos, exigimos, propulsamos que exista de una vez por todas una Ley de Radiodifusión que sea hija de la pluralidad de voces, de la expresión lo mas abierta y horizontal posible. 

No se horroriza porque en los 90 el instrumento también firmado por Harguindeguy fue profundizado, llegando casi a la asfixia pública por la concentración del poder económico con sus tentáculos abiertos en el poder mediático. 

Sí, la diputada salta de la histeria al planteo en escándalo de la confesión de un luchador de la libertad de expresión y la democracia, que ante el poder constituido se rebeló, como es también hoy válida la rebelión para lograr anticiparse a los reclamos que el pueblo legítimamente exige. 

El conformismo en el stablismen, el sostén irrestricto del status quo nos hace pensar que en aquellas épocas de dictadura nadie hubiese podido propender hacia la democracia porque simplemente se estaba rebelando a lo establecido 

La clara protesta de los compañeros diseminados por todo el territorio de la patria, en lo que va de este cuarto de siglo, ha sido en lo táctico lo posible a realizarse acorde a los momentos que la política ha marcado pero nunca se ha perdido el punto de vista estratégico, que tiende como último fin, a tener cada vez más bocas de expresión ante la necesidad de todos los ciudadanos.

El ofuscamiento de la diputada tampoco se ha manifestado ante el vil negocio que somete a gran parte del pueblo a ver la tribuna de un partido. Mañana, ante la irrebeldía de la diputada, cuando nos quieran cobrar ver la tribuna de dicho partido, seguramente prestará su conformidad. 

Es una larga discusión que podemos dar entre lo legal y lo legítimo. La legitimidad demostrada a lo largo de los años del compañero Gabriel Mariotto supera largamente la comodidad mediática en la que se desarrolla la diputada defensora de la concentración de medios. 

Mariotto es y ha sido un militante más de los tantos que han luchado para que hoy estemos discutiendo la posibilidad de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Le aclaramos a la diputada que son muchos los compañeros que ya no están, no justamente por defeccionar en el camino, sino porque la vida no les permitió estar más entre nosotros. Y si quiere endilgar a quien hoy ocupa la máxima representación en el Comité Federal de Radiodifusión alguna cuenta del pasado, es una falta prescripta. Ahora bien, el pecado de lesa comunicación no proscribe.

Juan Manuel Rapacioli 
Secretario de Acción Política 
A.R.B.I.A.