levantan en el canal estatal el programa periodistico de victor hugo morales 

12-JUL/2006

Cada vez más se consolida un modelo de comunicación gubernamental que divide el mapa de los medios y los periodistas entre amigos y enemigos. Para los primeros todo, para los segundos... Mientras el día domingo 2 de julio distintas áreas del Poder Ejecutivo Nacional distribuían en el diario Página/12 la cantidad de 240.564 pesos, al día siguiente las autoridades del canal oficial anunciaban el levantamiento del programa Desayuno, de Víctor Hugo Morales.

Inicialmente, la emisora decidió que el viernes 21 próximo sea el último día de Víctor Hugo en las mañanas de Canal 7. El miércoles le informaron al productor de Desayuno, Eduardo Metzger, que el canal estaba dispuesto a analizar que el programa continuase un mes más. Pero el viernes, después de leer el reportaje que Víctor Hugo le concedió a la revista Noticias sobre el levantamiento de Desayuno, la emisora oficial decidió que no saliera más, para lo cual, a partir de mañana, habrá una programación de "emergencia".

El coordinador de contenidos del canal, Néstor Piccone, llamó a Víctor Hugo, quien se encuentra en Alemania transmitiendo el Mundial y regresa a la Argentina el martes próximo, para informarle que Desayuno sería reemplazado por otro noticiero matutino porque "querían manejar la línea editorial". Piccone se esmeró en ser cortés con Víctor Hugo y además le ofreció un programa de deportes o de cultura, las dos pasiones del periodista.

Pero el premio consuelo no conformó a Víctor Hugo, quien conoce de elegancias a la hora de correr a alguien para tratar de pagar el menor costo político: a Lanata también le ofrecieron un ciclo de historia u otro de preguntas y respuestas pero no de actualidad o política, que oportunamente también él rechazó.

Metzger, el productor de Desayuno, arriesga su hipótesis: "Acá hay algo que molesta de Víctor Hugo y de mí". Metzger es un conocido filorradical amigo personal de Alfonsín, quien a partir de la candidatura de Lavagna podría ser más molesto que antes.
Víctor Hugo tiene sus propias hipótesis: "Saben que yo soy muy espontáneo y no me pueden bajar línea", recuerda que estuvo en contra de la remoción de Luis Patti "porque me preocupaban sus votantes", "respecto de las papeleras fui crítico del Gobierno, sé que habrán sido temas irritativos". El 25 de mayo, durante la concentración de la Plaza del Sí, Víctor Hugo dijo: "Quien no quiera saber del acto siempre le queda el recurso de irse al cine". Y fiel a su estilo medido, reflexiona: "Será que lo que viene no se corresponde con la realidad que nosotros estamos haciendo".

Escalada. Resulta difícil no relacionar el levantamiento del programa de Víctor Hugo con el que meses atrás padeció otro colaborador de este diario, Pepe Eliaschev, cuando su ciclo Esto que pasa fue retirado de la grilla de Radio Nacional después de 20 años en el aire (también Desayuno era longevo: llevaba siete años).

Tampoco resulta difícil relacionar los problemas que padece el diario PERFIL con los dos hechos anteriores y con el ataque de Cristina Kirchner al diario La Nación el jueves en el Senado y el de su esposo al día siguiente.

Y tampoco resulta difícil relacionar todos estos hechos con la situación que describe el poema -que James Neilson le atribuye al pastor alemán prisionero de los nazis Martin Niemoller, pero que la gran mayoría conoce bajo la autoría de Bertolt Brecht- que decía: "Primero vinieron por los comunistas, y no protesté porque yo no era comunista; luego vinieron por los judíos, y no protesté porque yo no era judío; (...) finalmente vinieron por mí, y no quedaba nadie para protestar por mí".

En el reportaje que le hizo PERFIL a Lavagna hace varias semanas, éste sostenía que después del triunfo electoral de octubre pasado "el Gobierno se encerró sobre sí mismo". Como si el triunfo, en lugar de aplacar sus nervios gracias a la seguridad que le brindaba el apoyo obtenido, lo incentivara en una escalada sin fín.

No sería bueno contagiarnos nosotros mismos de la paranoia que advertimos en el Gobierno, y me resulta preferible suponer que la seguidilla de todos estos hechos no tengan más relación entre sí que la acumulación desafortunada de errores.

Y espero que el poema de Niemoller o Brecht no termine siendo, aún en dimensiones mucho menores, una metáfora aplicable a nuestra realidad.

Fuente: Diario Perfil